Usando concentra la energía solar con la ayuda de un gran espejo, acero se derrite como la mantequilla. De hecho, este edificio ubicado en los laboratorios Sandia en Nuevo México, es parte de un gran experimento. Un equipo de investigación tratando de crear combustible de la nada, romper los átomos de dióxido de carbono con ayuda de la energía solar. Si tuvo éxito, monóxido de carbono resultantes de la fragmentación puede utilizarse para crear combustibles líquidos.