A bajas temperaturas (a unos -30°C), el estaño comienza a disolverse en una reacción autocatalítica llamada 'lepra del estaño'. Ya a 13°C el estaño puro se convierte en polvo, algo que se ve obstaculizado en sus aplicaciones industriales por la adición de antimonio y bismuto. Aquí vemos un timelapse de este desgaste de estaño., que tuvo lugar durante un período de aproximadamente dos horas y temperaturas alrededor de -40°C.