En 1994, un elefante llamado a Tyke dio su última actuación del circo. Cuando el polvo colocado, un entrenador fue muerto, 13 personas resultaron heridas, y TYKE misma había recibido un disparo casi 100 veces y mató.

Hoy, los circos siguen abusando de los animales y llevándolos al borde. En docenas de incidentes peligrosos desde el año 2000, los elefantes han escapado de los circos, recorren las calles, se estrelló contra edificios, atacado los miembros del público, y controladores de muertos y heridos.

No es ninguna sorpresa que estos animales arremeten. Los circos utilizan la violencia, intimidación, y confinamiento extremo a fuerza de elefantes para realizar trucos inane. Estas crueles técnicas de entrenamiento se utilizan para romper el ánimo de los elefantes cuando son sólo bebés, y marcan el comienzo de una vida en que todo lo que es natural e importante a estos sensibles, animales inteligentes se toma lejos de ellos.